1. Limpiar la piscina: Los sistemas de filtrado limpian el agua
Los sistemas de filtrado son el corazón de cualquier piscina. Filtran la suciedad y la turbidez del agua. Deben dimensionarse para que puedan hacer circular todo el volumen de agua dos o tres veces al día.
Por regla general, se diseñan para que funcionen entre seis y ocho horas. Los sistemas de filtros de arena deben lavarse a contracorriente regularmente, una vez a la semana aproximadamente, para eliminar la contaminación y mantener el efecto del filtro.
2. Tratamiento físico y químico para una calidad constante del agua
Para que la calidad del agua sea constante, el valor del pH debe ser el adecuado. Ligeramente alcalino y entre 7,2 y 7,6 es el valor ideal. Puede determinarse con aparatos de medición electrónicos, tiras reactivas o pastillas de prueba.
El cloro es el agente más común para limpiar y desinfectar el agua de la piscina. Sin embargo, dosificarlo a mano no es tan fácil.
Las alternativas son la electrólisis salina o el tratamiento del agua con magnesio, que funcionan automáticamente y no requieren la adición de cloro.
3. Limpiafondos para piscinas totalmente automáticos
En lugar de cepillos y fregadoras, se han popularizado los aspiradores hidráulicos de piscinas y los robots de limpieza para mantener limpias las paredes y el fondo de la piscina. Los aspiradores hidráulicos para piscinas funcionan sin fuente de energía propia mientras limpian la piscina; están conectados a la bomba del filtro de la piscina.
Su uso es mucho menos cómodo que el de los llamados robots para piscinas. Estos aparatos funcionan de forma autónoma y con electricidad de la toma.
Los modelos más potentes no sólo limpian el suelo de la piscina, sino también las paredes y las escaleras de forma autónoma y sin intervención del usuario.
4. Las cubiertas de piscina reducen la entrada de suciedad
Las cubiertas de piscina evitan que entren hojas, polvo o suciedad en la piscina. Por eso se recomiendan para todas las piscinas y deben estar siempre cerradas cuando no se utilicen. Esto ahorra trabajo innecesario a la hora de limpiar la piscina. Un efecto secundario útil: el calor permanece en la piscina y no es necesario volver a calentar tanto el agua antes del siguiente uso.