3 sencillos pasos para limpiar la piscina sin errores

3 sencillos pasos para limpiar la piscina sin errores

La limpieza de la piscina puede ser frustrante, ¡cualquiera que tenga que mantener una piscina lo sabe! A menudo las medidas que se toman resultan ineficaces, bien porque no se llevan a cabo correctamente, bien porque contrarrestan los síntomas pero no las causas del problema. Pensamos en todas las veces que hemos añadido cloro pero, al tener un valor de pH equivocado, no ha surtido efecto o cuando hemos utilizado una piscina robotizada y ésta nos ha dejado el fondo sucio de todas formas.

¿Por qué, nos preguntamos, es tan difícil limpiar la piscina? En este artículo intentaremos explicarte, con 10 sencillos consejos, cómo limpiar una piscina siempre de la mejor manera posible, ¡sin volverse loco!

Hay 3 operaciones básicas necesarias para mantener limpia una piscina: el desnatado, es decir, la limpieza de la superficie, la aspiración de los residuos y el cepillado. Si realiza estas 3 operaciones todas las semanas, tendrá sin duda una piscina limpia y ayudará a los productos químicos a evitar las algas, las manchas y el agua turbia.
En este artículo de Anphibius no hablaremos del tratamiento del agua, que merece un debate aparte.

Tratamiento del agua de la piscina

Antes de empezar, hablemos de un accesorio necesario para la mayoría de las operaciones: una varilla telescópica para fijar cepillos, rejillas, aspiradores manuales. Equípese con una varilla lo suficientemente larga que le permita llegar a todos los rincones de su piscina, ¡así la limpieza de su piscina será mucho más fácil!

SKIMMING O DESNATADO

La limpieza de la superficie del agua es muy importante, tanto porque es este punto el que da mayor sensación de limpieza a una piscina como porque facilita mucho el trabajo de filtración. Ver una piscina llena de hojas, tener que limpiar constantemente el cesto del skimmer o lavar a contracorriente con frecuencia el filtro de arena no es una buena forma de mantener limpia la piscina.

  • Afortunadamente, limpiar la superficie del agua es bastante sencillo, todo lo que necesita es una red sujeta a una pértiga telescópica y en unas decenas de minutos podrá recoger hojas, insectos y residuos de su piscina. Esta operación debe realizarse a diario, sobre todo si su piscina está rodeada de árboles y vegetación diversa.
  • Existen dos tipos de redes: las planas y las de bolsa. Le recomendamos utilizar las planas que, aunque tienen menos capacidad, son mucho más rápidas de vaciar y no tendrá que retirar las hojas a mano como suele ocurrir con el otro modelo.

Le recomendamos que compre una red muy resistente, ya que es la solución más rentable dado su bajo coste, de lo contrario podría verse obligado a cambiarla cada temporada ya que podría agujerearse, etc.

CEPILLO

Esta es una de las operaciones más tediosas y que más tiempo lleva, pero también es muy importante. a pesar de ello, este paso se lo saltan muchos propietarios de piscinas, que luego se enfrentan a problemas más graves cuando las incrustaciones se vuelven difíciles de atacar.

La suciedad no sólo se deposita en la superficie del agua o en el fondo de la piscina; también se deposita en las paredes, en las escaleras, en los rincones más escondidos. a las algas, en particular, les gusta arraigar en las paredes y en los rincones de difícil acceso. el cepillado debe realizarse un par de veces por semana para prevenir el ataque de las algas.

Si las algas ya se han formado, el cepillado ayuda mucho al cloro, u otros productos químicos, a combatirlas, ya que las dispersa en suspensión en el agua, atacándolas por todos lados. Uno de los puntos más críticos que hay que cepillar es la línea de flotación, ya que es allí donde la incrustación es mayor y a menudo se trata de sustancias grasas procedentes de cremas solares u otros compuestos orgánicos.

ASPIRACIÓN AUTOMÁTICA

La aspiración automática tiene ventajas evidentes: ahorro de tiempo, posibilidad de ciclos de limpieza más frecuentes. Un limpiafondos automático le permite ponerlo en marcha o incluso programarlo y no pensar nunca más en él (aparte del mantenimiento ordinario del propio limpiafondos, es decir, vaciar el filtro o la cesta).

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